domingo, 26 de abril de 2009

Consumo máximo y umbral de láctato


CONSUMO MAXIMO DE OXIGENO Y UMBRAL DE LACTATO

El consumo máximo de oxigeno se refiere a la máxima capacidad que tiene el organismo de utilizar oxigeno por unidad de tiempo, en otras palabras corresponde al máximo potencial aeróbico del individuo.

El umbral de lactato corresponde al momento en el cual se produce un aumento brusco en la concentración de acido láctico en el músculo, el umbral es importante porque ayuda a determinar la intensidad del ejercicio a partir de la cual se desarrollan componentes de fatiga. El umbral suele expresarse como porcentaje del consumo máximo de oxigeno y constituye uno de los mejores indicadores de ritmo de carrera que debe seguir un deportista. En una carrera de larga duración el deportista que mas umbral de lactato posee, será el que mantendrá una intensidad más elevada durante la mayor parte de la carrera.

El déficit de oxígeno

A nadie le gusta trabajar de más, y a la célula tampoco. Tanto es así que en reposo, los depósitos de oxígeno que se movilizan con lo justo y necesario para mantener las funciones vitales mínimas. Este justo y necesario volumen de oxígeno es conocido como “unidad metabólica”, y equivale a 3.5 ml/kg/min. Pero claro, lo que las células no saben es que para alcanzar ese colectivo (el “bus”) que se nos escapa, voy a necesitar algo de oxígeno extra. Esta demanda súbita de energía tiene nombre de déficit de oxígeno.

El déficit de oxígeno se produce al comienzo de cada esfuerzo puesto que, frente a esfuerzos muy intensos, la respiración y el sistema cardiovascular no pueden afrontar inmediatamente las repentinas necesidades metabólicas de la célula muscular. Fisiológicamente hablando, el déficit de oxígeno es equiparable con la cantidad de oxígeno que necesitaríamos para realizar la actividad que pretendemos, sin necesidad de aumentar la frecuencia cardíica y ventilatoria. Y lo más importante: no confundir “déficit de oxígeno” con “deuda de oxígeno”. Si bien ambos conceptos se relacionan de manera estrecha en el entrenamiento deportivo, son dos fenómenos distintos, de los cuales uno se manifiesta al principio y otro al final del trabajo físico.

Por supuesto, este déficit no dura para siempre. Obligada a trabajar, la célula incrementa sus depósitos de oxígeno optimizando su transporte y mejorando su abastecimiento. Al cabo de unos minutos y frente a un leve descenso de la intensidad de trabajo, el organismo entra en un estado de equilibrio.

La deuda de oxígeno

Cuando usted pide prestado, tarde o temprano tiene que devolver. Sí, ya sé que en ocasiones eso no sucede, pero en el cuerpo humano no hay manera de escapar. Frente a una actividad de mediana o alta intensidad, el organismo necesita más oxígeno del que habitualmente consume en estado de reposo.

Esto en sí no sería un problema, ya que oxígeno hay de sobra. La cuestión es que esa demanda de oxígeno crece a medida que los sistemas de alta energía (ATP-PC y glucólisis rápida) comienzan a producir energía de forma inmediata. Estos sistemas responden casi al instante, pero a un alto costo. La glucólisis lenta es más barata, pero tal como su nombre lo indica, la energía tarda en llegar.

Cuando el esfuerzo termina, llega la hora de pagar por ese oxígeno. La cantidad de oxígeno captada durante la fase postesfuerzo que suele superar las verdaderas necesidades en reposo, se suele denominar deuda de oxígeno.

La deuda de oxígeno tiene dos fases. En la primera se resintetizan los depósitos de fosfato, es decir, las reservas de ATP y fosfocreatina. Con la misma velocidad también se recuperan los depósitos de oxígeno (mioglobina). Esta fase también puede denominarse “aláctica”. En la segunda se remueve el ácido láctico, el cual debe ser transportado al hígado para su posterior conversión. Esta fase también es conocida como “láctica”.

La duración de la deuda de oxígeno es proporcional al volumen e intensidad del entrenamiento realizado, y en casos tales como los que se dan en pruebas de corta duración (de 35″ a 2′), la mayor captación de oxígeno puede prolongarse hasta los 60 minutos.

COORDINACION ENTRE LAS VIAS ENERGETICAS

Todas las fuentes energéticas entran en funcionamiento durante un esfuerzo, teniendo en cuenta que con diferente intensidad. El cuerpo humano tiende a emplear inicialmente la vía oxidativa en la medida que la actividad se lo permita, cuando esta vía es incapaz de suministrar toda la energía, tiene que utilizar la glucólisis anaeróbica como mecanismo para la obtención de esta.

En las primeras fases de ejercicios menos intensos el organismo se ve obligado a utilizar el ATP y la fosfocreatina almacenados en el músculo para conseguir de manera inmediata la energía y dar paso para que la otras vias se pongan en funcionamiento.

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